Características de la Sangre

En todos los animales la sangre desempeña dos funciones de gran importancia para el mantenimiento de la vida: por un lado, es el vehículo a través del cual el oxígeno procedente del exterior llega a todas las células del organismo, para que éstas puedan utilizarlo en el metabolismo; por otro, sirve para transportar los compuestos o elementos que las células necesitan para nutrirse, procedentes de los alimentos ingeridos y transformados durante la digestión. Un tercer aspecto, no menos importante, es el papel que algunos de sus componentes desempeñan en la lucha contra los organismos patógenos, es decir, como elementos del sistema inmunológico.

LA SANGRE EN CIFRAS
El 46 % de la sangre está formado por células: en cada milímetro cúbico hay de 4,5 a 5 millones de eritrocitos, de 4.000 a 9.000 leucocitos de 150.000 a 380.000 plaquetas. El plasma, que constituye un 54 % de la sangre, se compone entre un 90 y un 92 % de agua, y entre un 6 y un 8% de proteínas. Cada 100 mililitros de plasma poseen 340 mg de sodio, 20 mg de potasio, 10 mg de calcio, 2,7 mg de magnesio, 370 mg de cloro y 0,2 mg de hierro. La sangre no es ácida ni alcalina, pues tiene un pH de entre 7,2 y 7,8.

HISTORIA DE LAS VACUNAS
La primera vacuna, la de la viruela, fue descubierta en 1798. En el siglo XIX se encontraron las de la rabia, la fiebre tifoidea, el cólera y la peste, y en el siglo siguiente, antes de la Segunda Guerra Mundial, aparecieron las de la tuberculosis, la fiebre amarilla, la tos ferina, la gripe, la rickettsia, la difteria y el tétanos. Tras el conflicto se hallaron las vacunas de la poliomielitis, el sarampión, las paperas, la rubéola, el adenovirus, la varicela, la encefalitis, las de dos tipos de hepatitis, la de la neumonía y la de un tipo de meningitis.
LOS MICROBIOS DE NUESTRO CUERPO
Aunque nuestro estado de salud sea bueno, en nuestro cuerpo viven multitud de microbios. En la boca pueden encontrarse más de 300 especies de bacterias, de las cuales se calcula que unos 100.000 individuos son tragados cada día con la saliva. Del mismo modo, en la piel viven sin causarnos daño bacilos, estafilococos, estreptococos y enterococos, además de hongos y levaduras que habitan en los repliegues cutáneos. Por lo que respecta al aparato respiratorio, en las zonas altas viven grandes poblaciones de estreptococos viridans, mientras que en el aparato digestivo se han hallado unas cuatrocientas especies distintas de bacterias.

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