El Gótico Flamígero o Florido

En el siglo XIV Europa vivió un largo proceso de decadencia provocado por el hambre, las guerras, las malas cosechas y la peste negra, que acabó con los años de expansión y crecimiento de las ciudades y el comercio. Es el final del mundo medieval, ya que desde fines del siglo XIV, fueron surgiendo en Italia movimientos renovadores, el humanismo y el renacimiento, basados en nuevos ideales y corrientes estéticas.

Así pues, durante el gótico flamígero, las obras más significativas ya no serán las grandes catedrales, sino las capillas e iglesias de dimensiones más modestas, en las que empezó a cobrar progresivamente protagonismo el ornamento: pináculos, bóvedas de crucería con nervios y pinjantes, bóvedas de abanicos, arcos conopiales y otros elementos añadidos, puramente ornamentales, para destacar la estructura arquitectónica. Se trata del llamado gótico flamígero o florido, conocido en Inglaterra como «perpendicular».

La arquitectura siguió siendo la manifestación artística más destacada, aunque dejó de englobar las demás artes. Así pues, el arte del relieve escultórico para la decoración de portadas y capiteles decayó, frentea la importancia que adquirió el retablo en el que se incluyeron, a partir de este momento, imágenes en bulto redondo de vírgenes y santos. El tema de la crucifixión también se liberó del marco arquitectónico para convertirse en una obra independiente.

El Gótico Flamígero en Francia e Inglaterra

El carácter ornamental de la arquitectura flamigera se concretó en diseños recargados, como se pone de manifiesto en la remodelación llevada a cabo en la catedral de Albi, a la que se dotó de un coro y un pórtico monumental, y en la construcción de magníficos hastiales en las catedrales de los siglos XIl y XIII, como Troyes o Beauvois.

Mientras, en Inglaterra, entre los años 1335-1485, se desarrolló el llamado estilo perpendicular, con.complicados entrelazados, tracerías y espectaculares bóvedas en abanico: claustro de la abadía de Gloucester, el King’s College de Cambridge, y, de la etapa Tudor, la capilla de San Jorge en el palacio de Windsor y la capilla de Enrique VI en la abadía de Westminster.

El Gótico Flamígero en España

En España, el gótico flamígero se fundió con la tradición exuberante del arte hispanomusulmán, dando como resultado un estilo decorativo de complicadas bóvedas con nervaduras, claves decoradas con tallas y obras de madera policromada, difundido a través de los talleres de Burgos y Toledo. Al primero pertenecen las obras de Juan de Colonia, a quien se encargó la construcción de las agujas de la catedral (1453) y de la capilla de la cartuja de Miraflores; de Juan de Bigarny, que realizó el cimborrio, de extraordinario virtuosismo ornamental, y de Simón de Colonia, autor de la capilla de los Condestables Velasco, considerada la obra maestra del flamígero español, con su bóveda estrellada de ocho puntas.

El Arte Mudéjar

El realizado en los territorios reconquistados por los cristianos, y centrado sobre todo en la actividad arquitectónica, en la que se combinaron formas y técnicas constructivas árabes con las cristianas. Se caracteriza por el empleo del ladrillo y por una gran profusión decorativa, realizada principalmente con yeserías, arquerías ciegas, artesonados de madera y azulejos. Las obras más representativas son la iglesia del Cristo de la Luz de Toledo, el alcázar de Sevilla, las sinagogas de Santa María la Blanca y del Tránsito en Toledo, y los castillos de Coca y Medina del Campo.

En la escuela de Toledo, se desarrolló el gótico isabelino, con influencias mudéjares y tlamencas: Iglesia de San Juan de los Reyes (1478) y el palacio de los duques del Infantado de Guadalajara, obra de Juan Guas, y la magnífica puerta de los Leones de la catedral de Toledo, en la que trabajaron Hannequin de Bruselas, Egas Cueman y Pedro Guas.

En este período se inició la construcción de las últimas grandes catedrales: la de Sevilla, fines del siglo XIV, con una planta de cinco naves y la recuperación de elementos árabes como el minarete y el patio de la mezquita; y más tarde, siglo XVI, las de Salamanca y Segovia, de complicadas bóvedas.

El Gótico en los Países Bajos

La importante actividad mercantil de los Países Bajos determinó el auge de la arquitectura civil con la aparición de los ayuntamientos, como los de Brujas, Bruselas, Gante y Lovaina, y lonjas de comercio. Al mismo tiempo, se siguieron construyendo edificios religiosos, aunque de un gótico más macizo que en Francia, como la catedral de Amberes y la catedral de
Hertogenbosch.

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