La Pintura Italo-Gótica del Trecento

Frente al gótico lineal, con un cromatismo plano y un mayor interés por representar lo anecdótico, a partir de fines del siglo XIII surgió en ltalia un lenguaje pictórico novedoso, de artistas de renombre, inspirado en la naturaleza, la perspectiva clásica, los efectos de luces y sombras sobre el color para conseguir etectos volumétricos, un estudio más detallado de la anatomía y una marcada tendencia a representar las escenas en profundidad.

A los iniciadores de esta nueva corriente en Roma, Giunta Pisano y Pietro Cavallini, con sus pinturas sobre tabla de fondos dorados y figuras estilizadas y serenas, les siguieron los pintores de las escuelas florentina, Cimabue, Giotto, Andrea Orcagna y Tadeo Gaddi, y sienesa, formada por Duccio Buoninsegna (Madonna Rucellai), Simone Martini y los Lorenzetti (Alegorias del buen y el mal gobierno en el palacio comunal de Siena), a quien se debe un arte cortesanob de elegancia refinada. No obstante, el verdadero retormador de la pintura en este período, fue sin duda alguna Giotto di Bondone, cuyo dominio de la representación del espacio, le permitió otorgar corporeidad volumétrica a las figuras perfectamente integradas sobre un fondo de paisaje, dando un sentido unitario con la utilización de la luz (La Maestà; frescos de la Capilla Scrovegni, en Padua). Por su parte, Simone Martini se convirtió en el artista más notable de la escuela sienesa, con un estilo en el que combinó la estética francesa con elementos tomados de la obra de Duccio, ya totalmente libre de la tradición bizantina, con figuras de elegante belleza lineal y rico cromatismo (La Anunciación).

En España, la influencia italiana se dejó sentir, especialmente, en Cataluña: Ferrer Bassa, Arnau Bassa y los Serra (Retablo del Espíritu Santo de Manresa).

La escultura se desvinculó totalmente del marco arquitectónico. Durante el siglo XIV fue desapareciendo paulatinamente la portada monumental, sustituida por el retablo en alabastro (Retablo de la cartuja de Miraflores) y madera, las sillerías de coro y los retablos pintados y esculpidos, aunque en algunos casos se mantuvo la ornamentación de portadas y fachadas, como en el ayuntamiento de Brujas. También se centró en la ornamentación de sepulcros, con obras de magnífica factura como el Sepulcro de Carlos el Noble y Leonor de Castilla para la catedral de Pamplona, de Janin de Lome, los de Juan II e Isabel de Portugal de Gil de Siloé, y el famoso Doncel de la catedral de Sigüenza. Otras obras destacadas de este período son la sillería de coro de la catedral de Toledo de Rodrigo Alemán, la estatuaria de Claus Sluter, especialmente en la cartuja de Champol, el Pozo de Moisés, de poderosa e individualizada factura, las Virgenes bellas alemanas, elegantes y delicadas, y las esculturas de Pere.

En este vídeo se tratan las características generales de la pintura gótica y la escuela italiana del Trecento (Escuela de Siena con Simone Martini y Escuela de Florencia con Giotto) adaptados (y algo ampliados) a los contenidos de Selectividad, o mejor dicho de PVAU.

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