El Arte Neosumerio

Tras la caída de Acad las ciudades sumerias, sobre todo Lagash y Ur, recuperaron la hegemonía perdida. No obstante, poco antes del 2000 a.C., el Imperio neosumerio volvió a sucumbir a los avances de los elamitas.

El arte neosumerio recuperó las antiguas tradiciones sumerias, pero sin renunciar a las innovaciones creativas y técnicas aportadas por los artistas acadios. Durante este período aparecieron algunas de las construcciones más representativas de la arquitectura mesopotámica, como el ziggurat, una torre de esquema piramidal, con terrazas escalonadas y planta cuadrada o rectangular que, a diferencia de la pirámide, no es una tumba sino un lugar abierto al pueblo, edificado en pleno centro urbano. De los numerosos ziggurats edificados en Mesopotamia destaca el de Ur, dedicado a la diosa Nannar, con sus magníficas rampas y escaleras monumentales adosadas a la cara principal del monumento.

Por lo que respecta a la escultura, lo más notable de su producción son unas pequeñas estatuillas en diorita negra que representan a Gudea, el gobernador de la ciudad de Lagash, sentado o de pie. Son esculturas hieráticas, de anatomía maciza y modelado preciso, plasmadas con un naturalismo esquematizado y un rostro idealizado, en el que destacan unos grandes ojos.

El gran Ziggurat de Ur (h. 2100 a.C.), con sus tres plataformas superpuestas.

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