El Arte Gótico en Francia

A mediados del siglo XII se desarrolló en la Ile-de-France y en Normandía un nuevo estilo arquitectónico, que llevaría a la concepción de una de las edificaciones de mayor significado simbólico de toda la historia: la catedral gótica, una construcción innovadora que se extendería rápidamente por toda Francia y el resto de Europa. A pesar de las diferencias en planta y alzado de las catedrales erigidas a lo largo de este periodo, se pueden establecer algunos rasgos comunes: planta de cruz latina de tres o Cinco naves, la central más ancha y alta que las laterales, cerradas en la cabecera por los ábsides poligonales y la girola. El acceso al templo se realiza por cinco puertas; dos situadas en los brazos del crucero y tres en la fachada principal. Esta, de grandes proporciones y dividida en tres zonas verticales y tres horizontales (puertas abocinadas, rosetón y remate), está flanqueada por dos torres.

En la segunda mitad del siglo se erigieron una serie de catedrales que sirvieron de modelo a las construcciones del primer gótico: las catedrales de Laon (1156-1160), Noyon (h. 1160), Soissons (h. 1200) y Notre-Dame de París (1163), en las que se buscó una mayor elevación de la nave central para obtener una mejor iluminación del interior, con el empleo de bóvedas sexpartitas, cuyos empujes eran recogidos por las altas naves laterales divididas en dos pisos y reforzadas por gruesas columnas o pilares con columnas adosadas. No obstante, este sistema pronto fue sustituido por un nuevo elemento, el arbotante, que permitió descargar todo el peso directamente sobre los contrafuertes exteriores y, por consiguiente, abrir grandes vanos en las paredes, como puede verse ya en Notre-Dame de París y en la reconstrucción de la catedral de Chartres.

El Gótico Clásico

Con la construcción de las catedrales de Reims (1211) y Amiens (1220), en la primera mitad del siglo XII, se inauguró el período clásico del gótico francés. Estas construcciones, de planta cruciforme, se diferenciaban de las anteriores por la mayor altura que se otorgó a las naves central y laterales, la ausencia de triforio, las magníficas bóvedas de crucería y las capillas radiales de la girola, así como por la extraordinaria desmaterialización de los pesados muros, gracias a la introducción de la vidriera, un elemento primordial que permitiría crear un espacio determinado por una luz coloreada y cambiante. Estos mismos recursos se utilizaron en las catedrales de Beauvois, Le Mans y Bourges, en las que Se pueden contemplar bóvedas cuatripartitas y pilares Compuestos haces de nervaduras procedentes de las bóvedas, cada vez más atrevidas y elevadas. En las la fachadas, además de las dos torres flanqueando la Puerta, se observa una compleja organización en arquivoltas, dinteles y tímpano, en ocasiones sustituidos por rosetones y tracería, además de pináculos y otros elementos decorativos.

El Gótico Radiante

Paradigma del estilo ornamental y efectista de la segunda mitad del siglo XIII y XIV, en el que apenas se produjeron novedades técnicas o Constructivas, es la Sainte-Chapelle de París (1258), cuyos muros parecen haber desaparecido por completo, mudados en inmensas vidrieras de múltiples colores. De este período son también la iglesia de Saint-Urbain de Troyes (1261-1275), la cabecera de la catedral de Carcasona (1269-1321), la catedral de Albi (h. 1282) y la iglesia de los Jacobinos de Toulouse.

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