Las Reformas de Lutero

La atmósfera era propicia, por tanto, a una reforma desde dentro de la iglesia o al margen de ella. Quien desencadenó el conflicto fue el fraile agustino Martín Lutero (Martin Luther, 1483-1546), natural de Sajonia. Hombre de sólida formación teológica y buen predicador, empezó a extender la doctrina de la justificación por la fe al margen de las obras, lo que atrajo sospechas sobre su ortodoxia. Cuando el papa León X se propuso recaudar fondos para construir la basílica de San Pedro, mediante la concesión de indulgencias, Lutero se hizo eco de la protesta que esta decisión suscitó, y atacó la doctrina de las indulgencias. A partir de ahí, cuestionó la autoridad papal y la validez de algunos sacramentos, y se distanció asimismo en diversos puntos en materia de liturgia y dogmas. El papa excomulgó a Lutero en 1521, y el emperador Carlos le emplazó a comparecer ante la dieta de Worms para que explicara sus puntos de vista. Dado que sus argumentos no resultaron convincentes, fue expulsado del Imperio. Refugiado secretamente en Eisenach, dedicó dos años a traducir la Biblia al alemán. Fue la primera traducción de las Escrituras a una lengua vulgar, y el libre acceso de los fieles a los textos sagrados se convirtió en el pilar de todo el edificio de la Reforma. Muy en la línea de las conquistas del individualismo logradas en el Renacimiento, Lutero y sus seguidores sostenían que como las Escrituras encerraban la palabra de Dios, todo hombre podía buscarla en ellas y absorber la doctrina sin intermediarios: esto es, prescindiendo de la tradición e ignorando el magisterio de la Iglesia. Es lo que se ha llamado libre examen. Los reformados repudiaban el culto a la Virgen y a los santos y toda forma de religiosidad popular, que tenían por idolatría.

Convocada por el emperador Carlos la dieta de Spira (1529), se decidió respetar el luteranismo en los Estados donde hubiera sido adoptado por los respectivos príncipes, pero se prohibía su difusión. Este acuerdo motivó la protesta de los reformados, que por ello recibieron el nombre de protestantes. Una nueva dieta, reunida en Augsburgo (1530), no sirvió para llegar a ningún acuerdo, y entonces los protestantes formaron la liga de Smalkalda (1531) y se aliaron con Francia, siempre dispuesta a favorecer a quienes estuvieran en contra de la casa de Austria. También se aliaron con Dinamarca, país ganado, como el resto de Escandinavia, para las nuevas doctrinas. La paz de Nuremberg (1532), a la que el emperador hubo de acceder por la presión simultánea de los turcos, concedía a los protestantes plena libertad de culto. Los términos de esa paz fueron ratificados definitivamente en Augsburgo en 1555.

Otros Reformadores

Aparte algunos inspiradores de episodios violentos registrados en los Países Bajos y de una guerra campesina en Alemania, los principales reformadores fueron Zwinglio, Calvino y Knox. Se trata, en cierto modo, de reformadores de la Reforma, pues llevaron más lejos las proposiciones luteranas, reduciendo la doctrina a la emanada directamente de la Biblia, y aboliendo toda liturgia, con lo que las ceremonias se limitaban a la predicación, la oración, el canto, etc. Ulrico Zwinglio (Ulrich Zwingli, 1484-1531) introdujo la Reforma en Suiza y pereció en batalla en su intento de imponer por Calvin, las armas su doctrina. Juan Calvino Jean Calvin, 1509-1564), francés, implantó en Ginebra un gobierno teocrático y, gran organizador y excelente expositor de sus ideas, arrinconó el luteranismo a los países del área germánica, extendiendo su propio credo por Suiza, Francia, los Países Bajos y Escocia. En este último país actuó el reformador John Knox (1505-1572), cuya adaptación del calvinismo se proyectó luego a Norteamérica.

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