El Sistema Circulatorio

Como en la mayoría de los animales, las células de nuestro cuerpo necesitan el oxígeno del aire para poder llevar a cabo sus reacciones metabólicas. Este oxígeno sólo puede llegar a su destino a través de un complejo sistema de canales y conductos que constituye el sistema circulatorio. Elementos esenciales para el funcionamiento de este sistema son los vasos sanguíneos y el corazón, que actúa como bomba impulsadora que empuja la sangre hasta los últimos capilares. El sistema circulatorio, en los seres humanos, es doble, es decir, consta de dos circuitos principales: la circulación mayor y la menor; con ello se consigue mayor eficacia y rendimiento.

EL SISTEMA CIRCULATORIO EN CIFRAS
El corazón tiene una capacidad de unos pocos centimetros cúbicos, y cuando estamos en reposo pasan por él 5 litros de sangre por minuto. En una persona no entrenada que está trabajando, esta cantidad se eleva hasta 16 litros por minuto, y en un deportista de elite puede llegar hasta 40 litros por minuto. Si pusiéramos todos los vasos sanguíneos en línea recta tendríamos una longitud de 150.000 kilómetros, y si abriésemos y extendiésemos todos los capilares conseguiriamos una superficie de 6.500 m.

LA CIRCULACIÓN FETAL
Los fetos están unidos a la madre mediante la placenta, de la que reciben la sangre rica en oxígeno y en alimentos, y a la que devuelven la sangre con dióxido de carbono. En el feto, la sangre de la aurícula derecha no va a los pulmones, que no tienen aire, sino al ventrículo izquierdo o a un vaso especial, el ductus arteriosus, que la lleva a la aorta. Para mandar la sangre a la placenta, el feto cuenta con las dos arterias umbilicales y una vena umbilical, que salen del ombligo.

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