La Organización de los Animales

Para estudiar cualquier materia, ya sea circunscrita a las actividades humanas como puede ser la historia, u otras como el mundo inorgánico, las leyes cósmicas que rigen el funcionamiento del universo o las formas geológicas que aparecen en nuestro planeta, o bien para estudiar los seres vivos, es necesario establecer categorías y niveles a fin de obtener una imagen global y ordenada que nos permita ir conociendo de manera más profunda sus distintos aspectos.

Los animales han seguido en su evolución, lo mismo que los restantes organismos, una vía de adquisición progresiva de nuevos caracteres, manifestándose éstos en nuevas estructuras y nuevas funciones. El estudio de los seres vivos resulta mucho más fácil si se van siguiendo las etapas que de modo natural han tenido lugar en nuestro planeta, en lugar de intentar seguir un camino teórico y complejo que habría que ir corrigiendo a cada momento. Por este motivo la zoología, para facilitar su comprensión, recurre a los niveles de organización como herramienta fundamental para poder exponer los conocimientos adquiridos y encuadrarlos en el esquema general de la vida.

ISIDORE GEOFFROY ST. HILAIRE
Naturalista francés (1805-1861). Profesor de física y de anatomía, fue miembro de la Academia de Ciencias, dedicándose principalmente a la zoología comparada y a la embriología experimental. Utilizó por primera vez el término etología, pero aplicándolo a las relaciones entre los organismos y el medio, no a la conducta animal.

Niveles de Organización

Los organismos más simples que conocemos, exceptuando los virus y similares, están formados por células más o menos complejas. La célula, o mejor dicho, el tipo celular es el nivel de organización más sencillo que establecemos para clasificar a los animales. Así, tenemos por un lado, a todos los organismos unicelulares y, por otro, a los formados por más células. Los primeros se clasifican dentro del reino protistas (aunque algunos organismos unicelulares, como las bacterias, se incluyen dentro del moneras junto con los virus, debido a que carecen de un núcleo verdadero) El siguiente nivel de organización es el de los organismos pluricelulares, donde incluimos plantas, hongos y animales ocupando cada uno de ellos un reino independiente. Los animales que ocupan este nivel organizativo reciben el nombre de metazoos, para distinguirlos de los protozoos, unicelulares, que antes de la división en los cinco reinos se incluían dentro del reino animal.

Las células de los metazoos pueden organizarse según distintos grados de complejidad. El caso más simple es el de meras asociaciones de células sin diferenciaciones que no llegan a formar tejidos. Este tipo es el más simple y está representado por unas pocas especies de animales conocidas como parazoos. Cuan estas células se organizan formando tejidos, y ascendiendo por tanto un escalón en la organización encontramos con las esponjas, aunque sus tejidos no se especializan todavía.

En el siguiente nivel se incluyen aquellos animales con tejidos perfectamente diferenciados, pero que carecen de órganos. Un ejemplo lo constituyen los celentéreos.

En muchos invertebrados parásitos encontramos ya órganos con funciones bien definidas, aunque cada uno de ellos lleva a cabo su misión por separado. No sucede así con muchos otros animales; en los vertebrados por ejemplo, en los que es frecuente que varios órganos se agrupen para desempeñar una función determinada, actuando cada uno de ellos en una etapa diferente del proceso. El sistema esquelético, por ejemplo, requiere el concurso no sólo de los elementos esqueléticos (huesos, placas de cutícula quitinosa, etc.) sino también de músculos, tendones, etc. Este nivel de organización se denomina sistema orgánico y es el más complejo y superior de todos los que se dan en el reino animal.

El Sistema Orgánico

La unión de diversos órganos para desempeñar una función compleja es consecuencia del principio de máxima rentabilidad, una característica de la vida que busca siempre el máximo rendimiento con el mínimo esfuerzo.

La cooperación de varios órganos potencia las capacidades de cada uno de ellos y permite, además, explotar algunas que sólo son posibles si las desarrollan todos de una manera conjunta.

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