Incluimos en este apartado las algas pluricelulares o superiores, que presentan un grado de organización en ocasiones muy notable, similar al de las plantas terrestres. Salvo algunas especies unicelulares, las restantes presentan un talo bien desarrollado, que en algunos grupos puede adoptar una estructura superficialmente similar a los tallos y a las hojas, aunque sin estar formada por tejidos.
Se agrupan en tres phyla o divisiones: las algas rojas o rodófitos, las algas pardas o feófitos y las algas verdes o clorófitos.
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LAS ALGAS SUPERIORES
|
Algas Rojas
Los rodófitos son algas por lo general macroscópicas y de un intenso color rojoo violeta, de ahí el nombre común que reciben de algas rojas. El talo suele consistir en un filamento central, más o menos ramiticado, que en ocasiones adopta formas más complejas aunque siempre sin llegar a especializarse en verdaderos tejidos. Todas las especies viven fijas sobre un
determinado sustrato. Sólo hay unas pocas especies que son unicelulares.
Las células de la mayoría tienen solamente un núcleo y disponen de numerosos cromatóforos. Los principales pigmentos son la clorofila y la ficoeritrina, que se encarga de enmascarar el color verde de aquella y de proporcionar el tono rojo. La pared celular consta de celulosa, con la que se mezclan otras sustancias.
En su ciclo vital, la mayoría muestra una alternancia de generaciones constituida por tres fases. Comienzan con un gametótito haploide, que produce gametangios femeninos denominados carpogonios y masculinos, los espermatangios que, a su vez, dan lugar a las ovocélulas y las células reproductoras masculinas, desprovistas de flagelos, que llegan hasta la ovocélula flotando en el agua y que se llaman espermacios. Tras la fecundación, la ovocélula produce una estructura filamentosa conocida como carposporófico, cuyas células se dividen varias veces y acaban produciendo una nueva planta diploide. Esta será la que producirá esporas haploides para la reproducción vegetativa y de este modo cerrará este complejo ciclo.
Las algas rojas pueden alcanzar un gran tamano, nunca como las pardas. Excepto unas pocas especies dulceacuícolas, el resto son marinas y abundan sobre todo en las áreas costeras de las regione scálidas. Algunas son capaces de crecer a profundidades de hasta 180 metros. Se conocen cerca de 4.000 especies de rodófitos.
Desde el punto de vista de la sistemática, se dividen en dos clases: las bangiofíceas y las florideoficeas.
Las Bangiofíceas
Esta clase agrupa las algas rojas más primitivas, incluyendo numerosas especies unicelulares o provistas de un talo filamentoso. Sus células disponen de un único cloroplasto. La reproducción de las especies unicelulares se realiza mediante escisión, pero en las restantes
también se realiza por vía sexual.
Muchas especies de este grupo se consumen en Oriente, como sucede con las del género Porphyra, que presentan un talo laminar y se sujetan a las rocas mediante unas falsas raicillas (rizoides). Contienen gran cantidad de proteínas y de vitaminas. Existen granjas marinas especializadas donde se cultivan a
gran escala.
Las Florideoficeas
Se incluyen aquí las algas rojas más características. Suelen ser filamentosas o bien presentan un talo compacto o membranoso. La reproducción puede ser vegetativa o sexual. El ciclo vital es en general muy complejo. El crecimiento lo realizan por medio de divisiones transversales y oblicuas de las células.
La mayoría de las representantes de este grupo son marinas y unas pocas especies viven en aguas dulces. Muchas de ellas son de gran utilidad, como la especie Chondrus crispus, el liquen o musgo de Irlanda, que abunda en los fondos rocosos del Atlántico Norte. Se recolecta en muchos lugares para obtener de ella una sustancia gelatinosa, el «carragaen», que transformada se utiliza como emoliente en cosmética y farmacia. El agar-agar utilizado como medio de cultivo en los laboratorios y también como alımento en Oriente, se obtiene de diversas especies del género Gelidium.
Algas Pardas
Los feófitos comprenden algas de dimensiones muy diversas, desde algunas casi microscópicas hasta otras que superan los 80 metros de longitud, en cuyo caso el talo se parece externamente al cuerpo vegetativo de las plantas superiores. Suelen ser de color marrón o pardo, de ahí el nombre común que reciben, debido a la presencia sobre todo de fucoxantina junto con otros pigmentos. La principal sustancia de reserva que acumulan en sus células es un polisacárido denominado laminarina, pero todas carecen de almidón.
La reproducción sexual es por isogamia, anisogamia u oogamia, mientras que la vegetativa es por fragmentación del talo, mediante esporas, que producen de distintos tipos, o a través de propágulos. La mayoría de las especies viven en el mar, con preferencia en los mares fríos, y algunas en aguas dulces o salobres. Pueden flotar libres en la superficie o, lo que es más habitual, crecen sujetas a las rocas por medio de rizoides. En ocasiones llegan a profundidades de más de 100 metros y muchas veces forman extensas masas de vegetación, donde habitan infinidad de animales marinos.
Entre las algas pardas más conocidas y de mayor interés económico están las laminarias (diversas especies del género Laminaria). Un uso tradicional en muchos pueblos costeros es su utilización como forraje para el ganado y se utilizan industrialmente para la obtención de sales minerales y de diversas vitaminas (A, B, Cy D). También suelen consumirse como verdura. No obstante, el principal producto que se obtiene de las laminarias es un gel llamado algina, que tiene multitud de aplicaciones tales como la fabricación de papel, la producción de fibras textiles, la obtención de colorantes, la participación en diversos procesos de tratamiento y conservación de los alimentos, así como en cosmética y en farmacia.
Algas Verdes
Se trata de un grupo que presenta una gran variabilidad morfológica, hasta el punto que podemos encontrar casi todas las formas que adoptan las algas en sentido amplio. Junto a especies unicelulares libres o coloniales y provistas o no de tlagelos, entre las pluricelulares las hay filamentosas, ramificadas o, incluso, con un aspecto similar al de las Tanerógamas. A esta apariencia semejante contribuye no sólo la formación de falsas hojitas y raicillas, como sucede con muchas algas pardas, sino también el color verde que les da nombre. Este color se debe a que sus cloroplastos contienen, entre otros colorante las clorofilas a y b. La pared celular consta principalmente de celulosa y el almidón, junto con algunas grasas, es la sustancia de reserva más importante.
Las especies unicelulares se reproducen vegetativamente por simple división, mientras que las formas superiores lo hacen por segmentación del talo. En la reproducción sexual participan gametos, los masculinos son flagelados y los femeninos inmóviles, aunque en algunos géneros los dos tipos son muy similares. El ciclo vital de muchas especies presenta alternancia de generaciones.
El principal hábitat de las algas verdes son las aguas dulces, aunque también las hay en el medio marino, sobre todo en las zonas costeras y en áreas de aguas salobres. Las especies unicelulares forman parte del
plancton, o bien viven en simbiosis con líquenes o, incluso, en el intestino de diversos vertebrados. Las restantes forman parte de la vegetación del fondo.
La clasificación de los clorófitos es muy compleja y está sometida a revisiones constantes, dependiendo de los puntos de vista de los distintos autores. Un género con numerosas especies comunes en las aguas dulces de curso lento o estancado, y también en los suelos húmedos, es el de las espirogiras (Spirogyra), que forma filamentos acintados, más o menos largos y arrollados en espiral. El talo de las llamadas lechugas de mar, pertenecientes al género Ulva, es aplanado o cilíndrico; son algas que crecen en las costas y que en muchos lugares, principalmente en Oriente, se consumen como verdura.
NAUČITI PLUS 