La Flor

Es una porción del brote especializada en la reproducción que ha experimentado una serie de cambios hasta adquirir una forma apropiada para dicha función. Procede, morfológicamente, del tallo y de las hojas.

Las flores nacen en el extremo de un tallo o en sus ramificaciones y pueden ser fundamentalmente de dos tipos: unisexuales, cuando llevan sólo órganos reproductores de un sexo, y bisexuales o hermafroditas, cuando disponen de ambos. Por su parte, las plantas con flores unisexuales se llaman monoicas cuando en un mismo pie (planta), pero separadas,
aparecen las flores de ambos sexos. Este es el caso, por ejemplo, de los pinos. Por el contrario, cuando las flores de cada sexo nacen en pies distintos, se dice que la planta es dioica, como sucede con los sauces.

EL RELOJ FLORAL DE LINNEO
Estudiando los momentos de apertura y cierre de las flores de distintas especies, Linneo creó un curioso reloj donde diversas horas venían marcadas por una flor. Así, a las 5 se abren las cerrajas, entre las 5 y las 6 el diente de león, a las 6 la chicoria loca, a las 7 el nenúfar blanco y a las 8 las clavelinas. A las 10 se cierra el diente de león, a las 11 las cerrajas, a las 14 la oreja de ratón, a las 15 la falanjera, a las 17 el enufar blanco y a las 19 la amapola de Islandia.

Estructura

Si tomamos como ejemplo la flor bisexual, podemos distinguir en ella los siguientes elementos fundamentales: ovario, estambres, pétalos y sépalos. Todos ellos se disponen de modo sucesivo a distintos niveles, constituyendo los verticilos, que se encuentran colocados sobre un ensanchamiento del extremo del tallo sobre el que crecen, denominado tálamo o receptáculo.

El ovario es una estructura formada por uno o más carpelos reunidos que constituyen una especie de recipiente más o menos cerrado. Los carpelos son hojas transformadas y en ellos se pueden distinguir dos partes, una superior, convertida en tejido reproductor y que forma parte del ovario, y otra inferior que es estéril. El conjunto de los carpelos se une en la parte superior del ovario configurando una porción estrecha, llamada estilo que, en muchas especies, finaliza en un ensanchamiento que a menudo dispone de células secretoras aptas para que el polen se adhiera y que recibe el nombre de estigma. Haciendo un corte a través de las paredes del ovario se distinguen tres capas: el exocarpo (la exterior), el endocarpo (la interior) y el mesocarpo (situada entre las dos anteriores). En el interior del ovario, sobre las paredes de la porción fértil de los carpelos, se encuentran las células reproductoras femeninas, los óvulos. El conjunto de todos estos elementos se conoce como gineceo, o aparato reproductor femenino de la flor.

El aparato reproductor masculino, el androceo, está formado por los estambres, en los que es posible distinguir dos partes: el filamento, un delgado tallo de altura variable, y la antera, una especie de cápsula de dos lóbulos y en cuyo interior se encuentran los sacos de polen. El número de estambres es variable en las distintas especies, lo mismo que su longitud, y constituye, junto con el número de carpelos del ovario, un carácter utilizado para la clasificación de las plantas.

Los pétalos son hojas muy transformadas, que pueden presentar colores muy vivos porque poseen cromoplastos y formas muy llamativas, constituyendo la porción más aparente de la flor, desempeñando el importante papel de atraer a los insectos u otros animales polinizadores. Su número y forma son variables en las distintas especies y el conjunto de todos ellos recibe el nombre de corola.

Por último, los sépalos, son también hojas, aunque menos transformadas que los pétalos y a menudo de color verde. Cuando la flor está todavía en formación (capullo), la recubren protegiéndola. El conjunto de todos ellos se conoce como cáliz.

Tipos

La forma y modo de agruparse los pétalos y los sépalos así como la posición que ocupa el ovario con respecto al tálamo, son dos caracteres importantes para diferenciar distintos tipos de flores. En primer lugar, los pétalos pueden crecer libres -flores dialipétalas– o más o menos soldados -flores simpétalas-, constituyendo en caso extremo un tubo. En ocasiones los pétalos son iguales y la flor es uniforme (actinomorfa), pero en otras tienen una forma o un tamaño diferente y la flor es asimétrica (cigomorfa). También es frecuente que un pétalo adquiera unas proporciones mayores que los otros y adopte forma de labio, dando lugar a la flor labiada.

Los sépalos adoptan formas distintas. En ocasiones crecen libres, pero en otras se unen y llegan a formar una especie de cápsula de forma alargada, tubular, abombada, en tonel, etc.). No siempre son iguales todos los sépalos pues hay casos en que presentan una asimetría. Por último, aunque sus dimensiones suelen ser inferiores a las de la corola, hay lores que tienen sépalos muy largos que sobresalen por encima de los pétalos.

En cuanto a su posición, el ovario puede ser de tres tipos: súpero, cuando se inserta en el tálamo por encima del nivel de inserción de los restantes verticilos, mediano cuando lo hace a la misma altura que los restantes elementos o por debajo de éstos pero sin quedar englobado por las prolongaciones del tálamo, e ínfero cuando queda por debajo de los otros verticilos y englobado por la porción de tálamo en que se insertan.

La Inflorescencia

Es muy frecuente que varias flores reúnan y asocien, adquiriendo el conjunto de todas ellas el aspecto de una única flor. Estas falsas flores se denominan inflorescencias. Las principales son las siguientes:

  • la espiga, un eje alargado sobre el que se disponen numerosas flores sésiles, por ejemplo la verbena.
  • la espádice, espiga con flores masculinas y femeninas dispuestas en dos segmentos y con una bráctea protectora, por ejemplo la cala.
  • el amento, parecido a la espiga, pero colgante, por ejemplo el nogal.
  • el racimo, un eje principal del que parten pedúnculos donde se sitúan las flores, por ejemplo el nazareno.
  • el corimbo, parecido al racimo pero con los pedúnculos de distinta longitud, por ejemplo el carraspique.
  • la cabezuela, numerosas flores de forma tubular o en lengüeta se disponen sobre un receptáculo plano, o convexo, agrupándose unas en el centro y otras en la periferia, estas últimas parecen pétalos, por ejemplo la margarita.
  • la umbela, numerosos pedúnculos parten del extremo común del tallo y cada uno lleva una flor (umbela simple) o se ramifica a su vez (umbela compuesta) formando otras umbelas más pequeñas, por ejemplo el apio.
  • la cima, cuando tanto el eje principal como los secundarios finalizan en una flor y puede adoptar formas muy diversas: dicótoma, alterna, arrollada, etc., por ejemplo la oreja de ratón.
  • la jabonera.

Cada uno de estos tipos puede presentar también variaciones o combinaciones con otras formas.

DE CANDOLLE, UNA FAMILIA DE BOTÁNICOS
Los suizos Augustin Pyrame (1778-1841) y su hijo Alphonse (1806-1893) dedicaron sus vidas al estudio de las plantas. El primero trabajó en los jardines botánicos de París y Montpellier, desarrollando una sistemática natural. Su hijo continuó sus trabajos de taxonomía y dedicó especial interés a la fitogeoqrafía, o geobotánica, adoptando planteamientos evolucionistas.

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