La Nutrición Heterótrofa

No todos los organismos heterótrofos utilizan los mismos materiales. Los hay especializados sólo en unos pocos, mientras que otros recurren a la más
amplia variedad de compuestos orgánicos para satisfacer sus necesidades metabólicas.

Ya hemos visto, en el caso de la célula, cómo discurre de manera global el proceso de la nutrición. El organismo debe ingerir los nutrientes y someterlos a una digestión. En los organismos más simples, ésta se
produce en el interior de la célula, es decir, es intracelular. Así sucede con un protozoo o con los invertebrados inferiores. Sin embargo, a medida que el organismo adquiere una mayor complejidad orgánica y aumenta la especialización de sus células, la digestión puede dividirse en dos etapas. Una de ellas también se produce dentro de las células, pero con materiales ya previamente elaborados que proceden de los alimentos sometidos a una digestión extracelular. Esta segunda modalidad se produce en el tubo digestivo de los animales, con la participación de enzimas y determinadas sustancias (jugos digestivos) que preparan los nutrientes para que puedan alimentarse las células de los tejidos que forman el animal.

El sistema de obtener los alimentos varía en función de la complejidad orgánica de los seres heterótrofos. Los hongos son sapófitos, es decir, que se alimentan de la materia orgánica en descomposición (la madera de un árbol caído), otros obtienen el alimento del medio en el que se encuentran de forma pasiva (un mejillón que filtra el agua para capturar las partículas alimenticias) y otros, buscan activamente su alimento. Este es el caso de muchos invertebrados superiores y de todos los vertebrados.

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