Funcionamiento del Riñón

Cada riñón está formado aproximadamente por un millón de nefronas, y el funcionamiento del órgano es equivalente al de cada una de las nefronas. La sangre llega a éstas a través de una arteriola aferente y se dirige a los capilares que se encuentran en los glomérulos de la cápsula de Bowman; luego la abandona a través de una arteriola eferente. A través de las delgadas paredes de los capilares se filtra líquido hacia la cápsula por difusión, ya que es impulsado por la mayor presión a la que se encuentra con respecto a la cavidad del túbulo; con este líquido se filtran las moléculas que lleva en disolución y se obtiene un fluido, llamado filtrado nefrítico, que constituye la primera etapa en la formación de la orina.

Este filtrado de la cápsula de Bowman pasa después por el túbulo renal, con lo que se inicia un proceso de reabsorción de todas aquellas sustancias que son útiles para el organismo.

A lo largo de su recorrido, el túbulo está rodeado por una red de capilares que confluyen en una vena, los cuales son los encargados de recoger las sustancias que las paredes del túbulo extraen del filtrado nefrítico. En la porción inicial del túbulo renal absorben agua, aminoácidos, glucosa y numerosos iones, sobre todo de calcio, sodio, potasio y cloro. El proceso continúa en el asa de Henle, en la que tiene lugar un proceso activo de extracción de grandes cantidades de sodio, lo que hace que el filtrado presente una concentración salina inferior a la de la sangre. Por consiguiente, en la siguiente zona, la porción terminal del túbulo, tiene lugar una reabsorción intensa de agua.

Al terminar el proceso queda un líquido más o menos denso que contiene diversas sustancias que podían estar presentes en la sangre (cloruros, fosfatos, aminoácidos, creatinina, etc.), algunos iones minerales y, sobre todo, iones hidrógeno y iones amonio. Es la orina.

La orina es un líquido de color más o menos amarillento, según su densidad, de reacción ligeramente acida, pues su pH es aproximadamente de 6, y de olor aromático. La producción diaria del organismo oscila entre 500 y 2.000 cm³.

Cada nefrona genera una pequeñísima cantidad de orina, pero su elevado número hace posible la producción de hasta dos litros diarios. Una vez finalizado el proceso en la sección terminal del túbulo, la orina, de cada nefrona va pasando a la pelvis renal, donde confluye hacia el uréter, que la conducirá hasta la vejiga.

La Regulación de la Función Renal

Los riñones tienen una gran importancia para la salud del organismo, ya que eliminan del cuerpo las sustancias tóxicas que provocarían la muerte de las células, y con ello del organismo entero.

El funcionamiento de estos órganos es muy complejo y está regulado por diversos factores, de los cuales los principales son la composición y el estado de la sangre y, a través de ella, la presencia de determinadas sustancias de control.

Uno de los factores decisivos en el proceso de reabsorción es la cantidad de agua. El organismo no puede perder agua en exceso, por lo que las paredes del túbulo renal reabsorben hasta el 85 % del total. Esa cantidad está controlada por una hormona llamada ADH o vasopresina, producida en la glándula pituitaria.

La pituitaria controla la concentración de agua en la sangre y, según que ésta sea mayor o menor, libera más o menos ADH. Si el organismo se encuentra sometido, por ejemplo, a elevadas temperaturas, se activa la sudoración y, por tanto, la sangre contendrá más menos agua; para evitar la deshidratación la pituitaria vierte en la sangre más cantidad de ADH, la cual, al llegar a las nefronas del riñón, activará la reabsorción de agua, a fin de contrarrestar la pérdida provocada por la sudoración. El caso contrario sería la ingestión de gran cantidad de agua o de algún liquido de propiedades diuréticas, como té o cerveza. La sangre se diluye entonces demasiado, la pituitaria lo detecta e interrumpe la producción de ADH. En consecuencia, la reabsorción en las paredes de los túbulos de las nefronas se lentifica y es menos eficaz. El resultado es una mayor cantidad de orina, que además aparece más diluida.

Además de agua, la sangre contiene otras muchas sustancias y la función del riñón es mantener estable la composición sanguínea, y también de la linfa. Para ello elimina aquellas sustancias que se encuentran en exceso o son de acción tóxica e impide que las sustancias útiles se pierdan. Existen también reguladores para los restantes componentes, que consisten en hormonas que regulan la reabsorción de los distintos elementos que integran el filtrado nefridial. El proceso es análogo al que se ha descrito para el agua.

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