El Aparato Respiratorio de los Animales

El Aparato Respiratorio de los Invertebrados

Los invertebrados carecen de un aparato respiratorio propiamente dicho, pues sus procesos respiratorios tienen lugar por medio de los correspondientes órganos. Únicamente en algunos casos aparecen ciertas estructuras auxiliares que suponen una mayor complejidad y contribuyen a incrementar su eficacia, como sucede con los gasterópodos pulmonados, es decir, los caracoles terrestres. Como su nombre indica, se trata de animales dotados de un sistema respiratorio denominado de forma un tanto confusa pulmón, pues sólo tiene en común con éste, el hecho de utilizar el aire, pero en cuanto a su estructura, no es más que una branquia externa encerrada en el interior de un espacio situado entre el cuerpo y la concha (la cavidad paleal). Un aparato respiratorio propiamente dicho sólo lo encontramos en los vertebrados, como veremos a continuación.

El Aparato Respiratorio de los Vertebrados

El aparato respiratorio de los peces, está formado por numerosas branquias que se agrupan en laminillas y constituyen las llamadas laminillas branquiales, muy irrigadas por infinidad de pequeñas venas. Estas laminillas son muy delicadas y se apoyan en unas paredes rígidas, los arcos branquiales. El agua entra por la boca del animal y pasa a las branquias que se abren a ambos lados de la faringe y, después de regarlas, sale al exterior. En los peces cartilaginosos, la salida se hace a través de aberturas directas desde las branquias, las llamadas hendiduras branquiales, mientras que en los peces óseos, el agua que ha pasado por las branquias desemboca en un espacio conocido como cámara branquial, que a su vez se encuentra protegido por una placa de tejido tegumentario sujeto por un elemento óseo; se trata del opérculo. El número de aberturas branquiales de los peces cartilaginosos oscila entre 5 y 14, y cada.grupo posee un número característico.

En los anfibios, las branquias, que son externas, sólo aparecen durante la fase larvaria y su funcionamiento y estructura son similares a las que se dan entre los invertebrados. En los restantes vertebrados, las branquias aparecen únicamente esbozadas durante las primeras fases de su desarrollo embrionario.

Los reptiles, las aves y los mamíferos respiran únicamente por medio de pulmones. En los reptiles, los pulmones son sencillos y adoptan forma de saco. En las aves y en los mamíferos son muy similares, aunque en las primeras se da una particularidad que está condicionada por su modo de vida: los llamados sacos aéreos, unas prolongaciones de los pulmones que se extienden por el cuerpo y penetran hasta el interior de los huesos. La función de estos sacos es doble: por un lado contribuyen a reducir el peso del animal, aspecto muy importante para el vuelo, y por otro sirven para incrementar notablemente la capacidad respiratoria, algo especialmente necesario si tenemos en cuenta la gran cantidad de energia que se requiere para el vuelo batido.

Por último, como veremos a continuación, el aparato respiratorio de los mamíferos presenta una mayor complejidad.

El Aparato Respiratorio de los Mamíferos

Los pulmones de los mamíteros son órganos con aspecto de saco, compuestos por numerosos alvéolos
(cavidades de dimensiones muy pequeñas), que contienen una red de vasos sanguíneos microscópicos y
donde tiene lugar el intercambio de gases. El aire atmostérico penetra por la nariz y la boca, y a través de una serie de conductos denominados vias respiratorias llegan a los alvéolos. Las vías respiratorias van desde la boca hasta el pulmón y son los siguientes: la faringe, la laringe, la tráquea y los bronquios.

La faringe es un conducto en el que desembocan las cavidades oral (de la boca) y nasal (de la nariz). Es una vía común para ambos aparatos (respiratorio y digestivo) y por ella pasan el aire para la respiración y
los alimentos ingeridos. Se comunica con la tráquea a través de la laringe, que alberga las cuerdas vocales, estructuras que al vibrar producen los sonidos que muchos vertebrados, incluyendo el ser humano, utilizan para comunicarse. En la laringe se encuentra la epiglotis, cuya función es impedir el paso de los alimentos a la tráquea cuando se ingieren.

La tráquea es un conducto que lleva anillos cartilaginosos de refuerzo, con los que se evita su deformación. El interior aparece recubierto por una capa de células ciliadas, que al vibrar expulsan cualquier elemento extraño que pudiera haberse alojado allí. En su porción inferior se bifurca en dos bronquios, de su misma estructura, uno hacia el pulmón izquierdo y otro hacia el derecho. Cuando penetran en éstos, se ramifican varias veces por el interior hasta desembocar en los alvéolos.

El aire que penetra en los pulmones procedente del exterior, experimenta un proceso constante de renovación, lo que garantiza un suministro suficiente de oxígeno. Esa circulación se consigue mediante cambios en el volumen de la caja torácica, provocados por la musculatura. Cuando aumenta el volumen se dice
que se produce una inspiración y cuando disminuye, una espiración.

Este proceso de entrada y salida de aire para llevar oxígeno hasta los alvéolos, donde es recogido por la
por la sangre, se denomina respiración externa y no debe confundirse con la respiración interna, que es un proceso bioquímico que tiene lugar en el interior de las células.

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