Nuestro Planeta Tierra

Son muchas las teorías sobre la formación y evolución del Planeta Tierra, aunque las simulaciones numéricas dan soporte a la idea de que se formó en el mismo proceso en que dio lugar al Sol y al resto del sistema solar: la contracción gravitatoria de una nube de materia interestelar. Así comenzó hace unos 4.500 millones de años la historia del planeta Tierra, la cual en un principio fue una pequeña masa de partículas de polvo que fue agrandándose progresivamente a medida que aumentaba en ella la fuerza de la gravedad. Con posterioridad diversos fenómenos dieron lugar a gran calentamiento, que condujo a la fusión del interior de la Tierra y a una nueva organización de todo el planeta, que quedó estructurado en tres capas:

• Núcleo
• Manto
• Corteza

En algunas zonas, la corteza se cubrió de agua, lo que originó la aparición de las grandes masas oceánicas. De hecho, la existencia de agua líquida es algo que distingue nuestro planeta de todos los demás, sobre todo si se tiene en cuenta que el agua ocupa el 70.8% de la superficie total de la Tierra, mientras que a los continentes les corresponde tan sólo un 29.2%.

Al final de todos estos procesos, la Tierra quedó configurada como una esfera de 12.756,78 kms de diámetro ecuatorial y 12.713,82 kms de diámetro polar, lo que da un achatamiento de 43 kms.

De la constante evolución de la Tierra ha quedado constancia en los sedimentos o capas en que se estructura la corteza terrestre. El estudio de estos sedimentos aporta datos sobre su antigüedad y sobre su génesis y, al mismo tiempo, los fósiles que pueden encontrarse en ellos dan testimonio de las formas de vida que existieron en nuestro planeta en las distintas eras geológicas.